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La Pobreza Energética

No existe una única definición para el concepto de “pobreza energética”, sin embargo, cualquiera de ellas dice relación con un nivel insuficiente de consumo energético para satisfacer necesidades básicas. No obstante, las diferentes definiciones concuerdan, al menos, en los siguientes elementos, los cuales están íntimamente relacionado unos con otros:

  • La pobreza energética implica poca disponibilidad y calidad de la energía que se usa. Si no se superan estos aspectos, es imposible hablar de superación de la pobreza energética. Hoy en día a nivel mundial, 675 millones de personas no cuentan con electricidad y 2.300 millones usan combustibles contaminantes para cocinar principalmente en África subsahariana y Asia, según el último “The Energy Progress Report” de IRENA, IEA, Banco Mundial y la OMS. Un aspecto complementario es la posibilidad que tiene la población de usar energías menos contaminantes o de mejor calidad a medida que se mejora el suministro. Un ejemplo, es la capacidad de sustituir la leña por electrodomésticos en la preparación de los alimentos.
  • Un segundo aspecto de la pobreza energética es que el flujo de energía, de existir, no es fiable ni seguro. Un suministro que no sea constante o que presente intermitencias durante largos períodos de tiempo no crea las condiciones necesarias para superar la pobreza energética, pues no permite satisfacer, adecuadamente, las necesidades básicas. 
  • Finalmente, la pobreza energética contempla un aspecto financiero. En muchas ocasiones el acceso a la energía de mejor calidad, que no implique riesgos para la salud de las personas no es asequible. Es el caso de la leña, que en muchos lugares es el combustible utilizado para calefaccionarse porque es la manera más económica disponible.

De esta manera la falta de acceso, tanto físico como por capacidad de adquirir la energía, la calidad y la fiabilidad en el suministro energético constituyen los principales aspectos de la pobreza energética. 

Como muchos conceptos, la pobreza energética cambia según el lugar dónde la definamos. Cuando nos referimos a pobreza energética en países con bajo nivel de desarrollo, en general nos estamos refiriendo a poblaciones sin acceso a agua caliente, electricidad o refrigeración, entre otras cosas. Sin embargo, el concepto cambia si nos estamos refiriendo a países desarrollados, donde la pobreza energética implica carencia de internet o incapacidad de pago de las cuentas de electricidad.

¿Por qué es importante hablar de pobreza energética?

Es importante abordar el tema de la pobreza energética porque tiene relación directa con la calidad de vida de las personas. La falta de fuentes de energía tiene consecuencias muchas de las cuales no se pueden ni siquiera imaginar: según la OMS más de tres millones de personas fallecen cada año prematuramente debido a la contaminación al interior de los hogares al usar combustibles contaminantes para cocinar. 

Asimismo, la pobreza energética acentúa las desigualdades sociales. Esto, porque la población con menos recursos también se convierte en aquella con un menor acceso a servicios básicos, como la luz eléctrica y aislamiento térmico en sus viviendas, de modo que su nivel de bienestar queda reducido.

Finalmente, la superación de la pobreza energética permite realizar una transición energética justa superando aspectos de desigualdad e inequidad, antes mencionados, en el proceso de lograr una matriz energética que se acerque a la descarbonización.