Establece la realización cada cinco años de un Plan Nacional de Eficiencia Energética abordando materias de interés nacional. Mandata la gestión activa de energía a los grandes consumidores. Establece que las viviendas, edificios de uso público, edificios comerciales y edificios de oficinas, deberán contar con una calificación energética para obtener la recepción final o definitiva. Mandata la fijación de estándares de eficiencia energética para el parque de vehículos nuevos.